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miércoles, 19 de marzo de 2014

POKEMON ESPESIARU: Primera generación

Pokémon, la saga de videojuegos de coleccionar bichejos y ponerlos a ahostiarse entre ellos, y serie homónima de desafortunada evolución, es conocida por todo el mundo, así que todo lo que dijera para resumirla sobraría bastante. Dada su longevidad, hay un choque intergeneracional entre los que conocieron sus orígenes y los nuevos adeptos. Como gilipollas hay en todas partes, lo de la guerra de generaciones era una cosa normal. Por un lado, los que jugaron a las dos primeras porque todo Cristo lo hacía y luego se echaron a perder (los reconocerá porque a cada nuevo lanzamiento, exclamarán al unísono: "¿Más Pokémon? Ya no saben ni qué inventar, los mejores eran los primeros") y los nuevos que son imberbes que van presumiendo por ahí de que siguen jugando a Pokémon cuando han alcanzado la edad de 15 AÑAZOS y van por ahí presumiendo de su merchandising y sus bragas de Pikachu en el caso de las féminas por Tumblr (¡EL FANDOM!). Pero cuando la nube del desconcierto oculta a la luz del sentido común, un ser ultraterrenal aparece para dictar justicia salomónica.
¡No, no os vayáis! ¡Que me estoy refiriendo a mí! Pues eso, para matar un poco el tiempo (por aquello de matar) intentaré comentar los pros y contras de cada generación de una forma completamente parcial porque yo puedo permitírmelo. Y empezaré, redoble por favor, por la primera. ¿A que esto no se lo esperaba nadie? Pues nada, al lío.

 

Pokémon Rojo y Pokémon Verde salieron allá por 1996 en el lejano país del Japón de la mano de Game Freak. El concepto inicial de Satoshi Tajiri, principal perpetrador de este tinglado, está basado en la afición de los niños japoneses en coleccionar insectos, pero qué os voy a contar que no sepáis. Inicialmente, los juegos se comieron un mojón y su popularidad fue más bien escasa, hasta que unos años después cierto fallo del juego (relacionado con cierto pokémon chiquitín y rosa) revitalizó las ventas, hasta el punto de exportar los juegos a occidente revisionados como Pokémon Rojo y Pokémon Azul (éste último también volvió a salir en Japón), convirtiéndose en superventas y en una de las piedras angulares bajo la que se sustenta la Gran N (Nintendo, coño). En efecto, el juego consiste en capturar criaturas para coleccionarlas y combatir con ellas, ganando el campeonato de la Liga Pokémon (aunque al mismo tiempo te intentan colar lo de tratarlos bien, blablabla). Shigeru Miyamoto, ese señor tan majo que se inventó a Mario y que de tonto no tiene nada, pensó que metiendo algunos monstruos exclusivos en dos cartuchos de versiones diferentes, aumentaría la interacción entre los niños, como cuando un grupo de mocosos nipones cogen sus sombreros de paja y sus redes y se pierden en mitad de un bosque a buscar escarabajos, y se intercambian los repetidos. Así que los dos juegos son iguales, salvo que por ejemplo, en el Azul podías hacerte con Sandshrew, la todopoderosa máquina de matar, en el Rojo te tenías que comer a Ekans. ¡Sí, Sandshrew es mejor que Ekans, esto lo saben aquí y en la China Popular! Acabada esta introducción tan litúrgica e innecesaria, intentaré comentar varios aspectos de los juegos, tanto como producto por separado y en su contexto (es decir, juego más viejo que la tarara que salió para una consola sin color) como comparándolo con el resto. 

La primera generación (cuyo estilo de dibujo mola un huevo) 
ejerciendo presión grupal para que el gordo de Pikachu adelgazara.

Rojo (utilizaré los nombres en español porque yo por lo menos los jugué así) es un niño de 10 años que coge sus pertrechos y se va de casa a vivir una aventura pokémon. Sí, esto es un absurdo, pero superado el primer escollo creyendo que en este mundo tal situación es medianamente normal, no pasa nada. Así que sale de Pueblo Paleta a calzón quitado porque todavía no tiene un amiguito que le siga. Afortunadamente, el Profesor Oak lo pesca antes de salir y le salva de ser salvajemente picoteado por una furiosa bandada de Pidgeys al nivel 2. El bueno del profesor le ofrece uno de tres pokémon iniciales a elegir, a saber: Bulbasaur, Squirtle y Charmander. Inmediatamente después, su nieto Azul irrumpe en el laboratorio. Amigos y rivales desde siempre, el muy cretino quiere también irse de picos pardos por ahí y elige el pokémon del tipo que vence al de Rojo (al tuyo, vamos) y te reta a un combate (si me lío con la segunda y tercera persona, pues me lo perdonáis). Sea cual sea el resultado (muy paquete tienes que ser si pierdes contra alguien que sólo hace Gruñido o Látigo) la aventura se pone en marcha. Progresivamente, Rojo va ganando a los líderes de Gimnasio y obteniendo sus medallas, que permiten a su flamante portador competir en la Liga Pokémon de la lejana Meseta Añil. Azul tampoco pierde el tiempo, y siempre gana las medallas antes que Rojo. Ambos jóvenes se encuentran más de una vez por casualidades del destino, y a pesar de su mayor celeridad, el nieto de Oak siempre se lleva las de perder, volviéndose cada vez más competitivo. Paralelamente, el protagonista también va conociendo al Team Rocket, una organización cuyo objetivo es enriquecerse a costa de los Pokémon, haciendo uso de ellos de una manera moralmente cuestionable. Este grupo está liderado por Giovanni, que además de vestir muy bien también es un hábil entrenador Pokémon y, de hecho, el último líder de gimnasio (plot twist!). Tras ver cómo sus planes son frustrados una y otra vez por un crío que no levanta ni dos palmos del suelo, y perder ante él en el Gimnasio de Ciudad Verde, éste recapacita y disuelve el Team Rocket, sin verificadores internacionales ni gilipolleces. Finalmente, Rojo se encamina a la Meseta Añil, lugar donde se celebra la Liga Pokémon, pasando por la Calle Victoria, una cueva por la que los entrenadores de élite tienen que pasar para llegar hasta ella (es decir, Entrenadores Guay y Domadragones). Tras superarla, aguarda el Alto Mando, los mejores entrenadores de Kanto, conformado por una secretaria sexy, una vieja cascarrabias (que se supone tuvo rollo con Oak), un bigardo hormonado y Lance, el maestro de dragones, el Campeón de la Liga... O eso era hasta hace un momento. Azul, un paso por delante de nuevo, no sólo había ganado la Liga antes sino que se había ganado el puesto de Campeón permanente, por lo que es él el último rival a batir, en una de las batallas más épicas de toda la saga.

"¿Sabes lo que eso significa? Yo te lo diré: ¡Yo soy el entrenador más poderoso del mundo!"

Azul pierde el combate (si le ganas, si no pues a volver, claro), porque se supone que ha tratado mal a sus Pokémon por ser demasiado ambicioso (esto te lo tienes que creer, ya lo comentaré más adelante). Rojo se alza con el título de Campeón, y el juego termina. Aparte de capturar a Mewtwo, poco más queda por hacer en este juego, ya que las posibilidades eran limitadísimas. Con toda justicia, se convirtió en uno de los pelotazos más fuertes de Game Boy, y uno de los factores más importantes de por qué Nintento reinó (y reina) de forma incuestionable en el terreno de consolas portátiles.

Como era un juego de Game Boy, y la memoria del cartucho era la que era, pues la historia (que nunca ha sido compleja en ninguna entrega) poco se puede expandir... Los diálogos no existen, y los textos son concisos y directos. Actualmente, las traducciones de los juegos (desconozco cómo será en los originales) cuelan expresiones muy castizas, y todo tiene de un cierto sentido del humor que a mí me parece un acierto, no así las primeras ediciones. A veces hasta tenía cierto tono culebronesco. Como ejemplo, una moza a las afueras de Ciudad Verde decía "Cada vez que voy de compras a la Ciudad Plateada, he de atravesar el sinuoso camino del Bosque Verde". En cierta medida, hasta tiene cierto encanto para mí personalmente. Esta falta de textos hace que cojee la personalidad de los personajes, porque si hablan poco, ¿cómo los conocemos? Tal como mencionaba anteriormente, Azul se presenta al final como un maltratador de pokémon, que supuestamente los forzaba hasta la extenuación... cuando por los encuentros que tenemos con él, sólo aparenta ser un poco chulo y ya. Mejor llevado está el tema de Rojo, que al ser el protagonista, no habla. En las demás entregas, el prota tampoco habla pero tiene alguna que otra respuesta a elegir, y más conversaciones con distintos personajes, por cuyas respuestas podemos imaginar qué ha dicho nuestro personaje. No es éste el caso. ¿Es un problema? Al contrario. Tal y como pasa con Link, el héroe más puto amo de todos los tiempos de The Legend of Zelda, en lugar de fabricar una personalidad artificial en juegos posteriores en los que pudieran haberlo hecho, lo han utilizado a favor haciendo que sean protagonistas tímidos, callados, y en el caso de Rojo, frío y distante. Cierto es que esto en Rojo/Azul esto no ocurre, pero cuando se le ha incluido en juegos posteriores, fijándolo como personaje importante dentro de la historia global, esa forma de ser del entrenador más nostálgico ha salido a la luz... porque sigue sin decir nada. Pero como eso corresponde a futuras entregas, ya hablaré en su momento. El último aspecto a destacar sobre la historia, ya que en todos los Pokémon van íntimamente ligados, es el Team de marras. El Team Rocket es el mejor equipo de villanos en mi opinión, y es bien sencillo el por qué, ya que tienen un objetivo bien claro: EL DINERO. Ni conquistar el mundo, ni poderes ancestrales, ni fumadas. Aquí lo que importa es la pasta gansa, así que se dedican a robar y estafar usando a los Pokémon. Y en esas están los tiparracos de negro, robando fósiles, usando casinos de tapadera y tomando empresas de desarrollo tecnológico, operaciones creíbles para una organización mafiosa. Y ganan muchos enteros en la segunda generación, pero bueno, todo a su tiempo. En fin, no me voy a entretener más con este aspecto, porque al fin de al cabo, son juegos para niños y no se van a quemar la cabeza con una historia compleja (DEBERÍAN).

Poniéndonos más técnicos... Siendo un juego de Game Boy en blanco y negro, no se puede esperar que destacara gráficamente ni nada de eso, pero el sistema de juego sí que es innovador, aún siendo técnicamente un RPG. Ningún juego hasta la fecha contaba con tantas debilidades elementales mezcladas entre sí, ni podía contar con tantos luchadores para tu equipo... Porque de esto va el juego, hay muchos y tienes que hacerte con todos. Resultaría aburrido comentar el sistema sobre todo siendo una cosa tan conocida, lo único que decir es que no estaba pulido del todo (algunas debilidades entre tipos andaban un poco rarunas, el parámetro Especial sería desdoblado en Ataque Especial y Defensa Especial, y lo "Especial" o "Físico" del ataque seguiría ligado al tipo hasta la cuarta generación, por no hablar de los numerosos glitch, incluido el de Mew que es literalmente salvador de la franquicia). Y lo más importante de todo: los pokémon. Algunos de ellos son de los mejores diseños que hay. Los iniciales y sus evoluciones son ya míticos y todo el mundo se ha hecho la pregunta de quién es su favorito: Venusaur, Blastoise o CHARIZARD. Otros memorables, tanto por diseño como por ser unas máquinas son Alakazam, Gengar, Lapras, Charizard, Ninetales, Pidgeot, Charizard y Charizard., por citar algunos (sin olvidarnos de Charizard). La selección de legendarios en esta primera ocasión es escasa pero de las mejores: los tres pájaros son de los mejores diseños y Mewtwo durante mucho tiempo fue además del más chulo, el pokémon más poderoso del mundo (y ahora, gracias a la mega evolución, lo vuelve a ser). Otros no están tan inspirados y se hacen totalmente prescindibles. Pero aún así, siempre está el típico soplapollas de "los de la primera serán los mejores" cuando no ha visto más, y de la primera se ha olvidado la mitad.

ALL HAIL TO THE KING

En definitiva, la primera generación siempre tendrá la ventaja de ser la primera, y conjuntamente con la segunda, ya que forma una dupla argumental, mi favorita. Cuenta con algunos de los pokémon más inspirados, y siempre está el factor nostalgia, que aunque a veces nuble el juicio de algunos elementos, sigue siendo un punto a favor. Próximamente, mi opinión con respecto a la segunda generación que espero sea menos peñazo que esta (siempre acabo escribiendo mucho más de la cuenta. Y pongo demasiados paréntesis. Y... ¡Ah! Sí, sí, ya termino). Hasta la próxima, mortales.

2 comentarios:

  1. Genialísima la entrada, me encanta cómo te expresas con esto ("verificadores internacionales" XD). La verdad es que no sé muy bien por dónde empezar, así que las menciones las haré en una lista un poco por encima:

    Lo de Azul quedando como un puto maltratador siempre me pareció de traca. ¿O sea, que es malo porque fue ambicioso? ¿Y qué tiene de malo? Si perdió Azul fue porque acababa de derrotar a Lance. ¡Bastante suerte han tenido que les quedaran restauralotodos! Pero no, es porque ser ambicioso equivale a ser mala persona. ¿Entonces si Azul ya es poco menos que Hitler por ser el campeón, en qué lugar queda Rojo queriendo atrapar TODOS LOS POKEMONES DEL MUNDO?

    La verdad es que la moralina que le acabaron metiendo a Pokémon siempre me ha molestado mucho, que los pokémon no están para luchar ("no así... ¡No así! ;_;") y que son amigos y no herramientas de combate... cuando lo único que puedes hacer para pasarte/completar cada juego es convertir a los seis mons de turno en auténticas máquinas de MATAR y como mucho coger los bichos restantes y hacinarlos en una suerte de prisión digital. Luego está Cynthia, la Campeona de la cuarta generación con su pseudologenedio diciendo que los pokémon no están para pelearse. AAAAmiga, qué fácil es decirlo con un Garchomp bajo el brazo.

    Pero me voy por las ramas (aunque creo que si Rojo no hablaba no es porque fuera mudo sino porque no quería que le vieran relacionándose con los personajes principales)... El Team Rocket siempre ha sido lo más, pero creo que ha habido un equipo que le ha superado por poquito y es Cifer (Pokémon Colosseum y Pokémon XD [no, de verdad se llama así]), pues son realmente como el Rocket en las bases (ladrones y tal) pero dominando hasta políticamente la región en la que se asientan, tienen un coliseo-casino-torre-palacete de forma ULTRAFÁLICA en un terreno sin duda recalificado, una base en un volcán, una fábrica con forma de romboedro y han sido los únicos en conseguir controlar no uno sino SIETE legendarios (los pájaros legendarios, los perros legendarios y Lugia). Lo malo es que viven en una región que es poco menos que un estercolero y eso les quita galmour por mucha torre con forma de pollastre que tienen en medio del desierto (eso y porque se juntan con una gente que viste como si fueran la versión anoréxica de Don Limpio).

    Pues eso, que me ha encantado la entrada. ¿Harás de otras generaciones también?

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    1. Gracias para empezar XD Lo de Azul es especialmente molesto porque realmente hasta él se preocupa más por los pokemon que el propio jugador, ya que según él tiene varios equipos realizados y se supone ha optimizado cada uno de ellos, no como presumiblemente hace todo el mundo, que es coger al inicial, los legendarios y dos más por ahí y a correr. En cuanto a lo de los otros temas... No puedo hablar porque no he jugado ni al Colosseum ni al XD. Bueno, al primero sí, después de que me lo recomendaras conseguí emulador que iba mal y la cosa me duró como unos diez minutos... Y sí, la idea es hacerlo hasta la actual generación, cuya historia es una puta mierda y le tengo muchas ganas XD

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