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martes, 25 de marzo de 2014

POKEMON ESPESIARU: Segunda generación.

Advertencia: entrada supertocha.
En un derroche de previsibilidad vuelve "Un blog de muerte", el blog escrito por la Muerte (entre los peces gordos que me estoy llevando y mi originalidad últimamente estoy que lo tiro) para retomar mi visión sobre la saga de videojuegos Pokémon. Tras comentar la primera generación, segar unas miles de vidas e intentar tomarme un cortado en vano por aquello de no tener tracto digestivo, vuelvo a la carga con las siguientes ediciones. La segunda generación, vaya. Así que para qué retrasarlo más, dentro vídeo.



Tras el apabullante éxito de las ediciones Rojo, Azul y (Dios no lo quiera) Amarillo Nintendo enseguida vio un caballo por el que apostar y que parecía llamarse "El que más corre de todos" (en serio, el Amarillo es la mierda. ¿Por qué iba a copiar el anime si el anime era copia del Rojo/Azul pero en malo? A quién se le ocurre). De manera y forma que Game Freak puso la maquinaria en marcha para que la segunda generación diera a luz en la Nación del Sushi finalmente en el año 1999 con los títulos Oro y Plata para Game Boy y Game Boy Color, y un año más saldría a la venta la edición Cristal en exclusiva para GBC (en Occidente hubo que esperar un año más. Muy innecesario el Amarillo, ¿eh?). ¿Qué ases se guardaba bajo la manga estos juegos? ¡Pues el color, joder! La Game Boy Color, una de las mejores portátiles que han existido y existirá y el que me lleve la contraria ya sabe a lo que se expone, trajo la posibilidad de ver los juegos con píxeles de todos los colores (bueno, todos no...). Además, los juegos programados para GB hasta te los podía colorear de entre una serie de gamas que permitía la consola, y todos los jugadores tenían su favorita. Pero no estoy aquí para hablar sobre la Game Boy Color (QUE PODRÍA) sino del juego, coño, para qué me sacáis el tema, sabiendo que yo me enredo tanto. La otra gran sorpresa era por supuesto una nueva hornada de pokemones esperando a ser descubierta y capturada. Y antes sin Internet que destripara todas las novedades, ver qué nuevos bichos había era una sensación maravillosa (entre verlos en el juego y que de repente y sin previo aviso te tocara en una bolsa de Cheetos de un Pokémon que no habías visto en la puta vida... Ah, la nostalgia). Por supuesto, el lanzamiento de Oro y Plata fue un nuevo pelotazo, vendiéndose la friolera de 23,10 millones de copias, y eso sin contar el Cristal. Ahí es nada.

La mejor Game Boy Color de todos los tiempos, la morada semitranslúcida, con el mejor juego de la misma, el Cristal. La moda de la época dictaba que no llevara tapa para las pilas (porque se te perdía siempre). Sí, eso se llaman pilas AA, y era una putada cuando se te acababan (el piloto rojo se iba desvaneciendo lentamente). Un truco era meter las pilas en el congelador. Así que para pegarte sesiones de juego de unas 5-10 horas sentado en la acera de la calle con tus colegas, teníais que tener un vaso lleno de pilas congeladas para ir tirando. Y luego un fan del Rubius se cree "gamer" por hacer el mongolo en Minecraft.  Anda a tomar por culo, hijo de puta, JAJAJA. Uy, el pie de foto se me ha ido de las manos.
Al tema. Nuestro nuevo protagonista, Oro, decide embarcarse en otra aventura pokémon en lugar de sacarse sus estudios porque ya se ha vuelto mainstream. Natural de Pueblo Primavera, situada en Johto (región pegada a Kanto, donde se desarrollaban las anteriores andanzas) visita el laboratorio del Profesor Elm para conseguir su primer ser, todo esto tres años después de los acontecimientos de Rojo/Azul (Amarillo, estás excluido). Como nada en esta vida es gratis, el hijo de puta le encasqueta la tarea de visitar a un tal Señor Pokémon (se rompieron la cabeza con el nombre) que es una suerte de investigador amateur y que tiene algo para él. Yendo para allá, un muchacho pelirrojo te pega una patada voladora completamente gratuita (será fan del sinvergüenza de Thous Carapollen, mal rayo le parta) y no contento con eso, tras volver con el encargo del Señor Pokémon, resulta que se ha colado en el laboratorio y le ha robado al bueno de Elm el bicho que, casualidades de la vida, vence el tuyo. La policía te interroga para saber cómo se llama este sujeto (le puedes poner el nombre que quieras como siempre, pero técnicamente es Plata) que instantes después te asalta para retarte a un combate. Este encuentro nos deja dos lecciones fundamentales: que el policía es un completo incompetente por no atrapar a un niño de 10 años que está apenas a 3 metros de él, y que no te puedes fiar de los pelirrojos. Todo esto para un descubrimiento más que obvio... ¡Los pokémon se reproducen! Parece ser que Arceus no va creando uno a uno a sus mascotas y los va soltando por el vasto universo, estos pequeñines también practican el viejo uno-dos. Como regalo, Elm te da un huevo del que resultaría salir Togepi (esto no sé si pasa exactamente en este punto, pero qué más da). Tras estas trivialidades la trama sigue su curso sin demasiadas sorpresas: Oro gana su primera medalla, Plata trata mal a los pokémon, blablabla, como antes (aunque esta vez realmente Plata trata mal a los pokémon. Y a las personas también. Vamos, que es un cretino). Pero antes de llegar a la segunda medalla, hacen aparición los malos del juego, que son nada más y nada menos que... ¡El Team Rocket otra vez! Los cabrones son perseverantes y tras salir escaldados de Kanto, retoman sus triquiñuelas en Johto. La primera ocurrencia de estos canallas es retener un grupo de Slowpokes en un pozo, cortarles la cola y venderlas al por mayor para... No sé, igual es un afrodisíaco.  La eminencia del lugar, el artesano de pokéballs César, te da las gracias, y como agradecimiento si le llevas unas bayas llamadas Bonguri te creará balls con distintos efectos: capturar más fácil pokémon gordos, pokémon pequeños... Una novedad, vaya. También hay balls que al capturar incrementan su nivel de amistad. ¡Nivel de amistad, otra novedad (este concepto ya fue introducido en el Amarillo pero sólo para Pikachu... Algo bueno tendría que tener)! Además de lo del ataque Retribución/Retroceso, que aumenta su poder si quieres mucho muchito a tu máquina de matar, algunos pokémon evolucionan con el poder del amor. Estas susodichas bayas se recogen de unos árboles, que también pueden dar otras bayas que equipándoselas a los pokémon, pueden curarles vida cuando estén flojos, anulen cambios de estado... ¡Equipar objetos! Joder, esto es todo un carrusel de mejoras. Y bueno, dos pasos después de Ciudad Azalea, donde viven César, los Slowpoke, y el shota peliverde líder de Gimnasio llamado Antón (pirulero xd) está la Guardería donde ya no sólo suben de nivel, sino que puedes criar pokémon. Desafortunado el nombre para un edificio lleno de relaciones sexuales incestuosas interraciales, pero bueno. Claro que de noche hay un policía cerca para vigilar la situación... ¿Cómo, que se hace de noche? Ay, voy a parar ya, comentaré todas las novedades después porque si no me estanco.

Morti, líder del Gimnasio de Ciudad Iris. No sé por qué pero su nombre me 
inspira confianza.
Oro sigue ganando medallas hasta llegar a Ciudad Iris, eje central de la leyenda de Johto sobre los pájaros y los perros legendarios. Antiguamente existían dos torres, y en ellas vivían dos Pokémon... Pero una de ellas se quemó. Tres Pokémon anónimos murieron, y el de la torre huyó para siempre. Sin embargo, el que quedaba en la otra torre resucitó a los tres pokémon con los poderes del rayo que causó el incendio, el fuego de las llamas y el agua que las apagó. Venga, venga, que está facilito saber quién es quién. El propio Oro tiene un encontronazo en la Torre Quemada con los perros legendarios, tras el cuál se desperdigan por todo el país corriendo como idiotas (y pudiéndolos capturar si te los encuentras). Posteriormente se encuentra Ciudad Olivo, donde la Líder de Gimnasio Yasmina está preocupada por su Ampharos que está enfermo y da luz al faro del puerto, y la medicina que lo cura está más allá del mar, en Ciudad Orquídea, y... Lo que quiero decir, es que cada una de las ciudades tiene su propia (aunque pequeña) historia. Uno de los grandes aciertos de este juego. En resumidas cuentas, Oro va ayudando a la gente (de forma desinteresada o porque si no no podía avanzar, cada uno que lo vea como quiera) mientras Plata sólo sabe que meterse en jaleos. El Team Rocket vuelve a hacer acto de presencia al llegar a Pueblo Caoba, donde utilizando la energía de varios Electrode, están alterando la conducta de los Gyarados para... No sé, para ver cómo se mosquea el personal. Afortunadamente para ayudar al protagonista, Lance aparece como estrella especial y derrotar a los ejecutivos Rocket que se encuentran en la base. Finalmente, un Gyarados afectado por la energía eléctrica presumiblemente ha mutado y resulta que es rojo. ¡DINDINDIN, variocolores, otra novedad! Mucha suerte hay que tener para toparse con un variocolor antes del bueno de Redgyarad (que es como yo siempre lo llamaba). Pero el Team Rocket aún tendría un nuevo golpe maestro escondido, porque finalmente toma la Torre de Radio de Ciudad Trigal entera y desvela su auténtico plan: están intentando atraer con sus felonías (attention whoring) a Giovanni, exiliado y en paradero desconocido, para que retome el control del Team Rocket, porque sin él están más perdidos que Jon Nieve en el Día de la Madre. La última astracanada que protagonizan es emitir por todas las frecuencias un mensaje de radio para ver si les hace caso. Evidentemente, pasa de ellos y de todas formas Oro, infiltrándose por el paso subterráneo secreto en una auténtica maniobra de infiltración, derrota al actual líder de la organización y salva a los rehenes y a la radio (que el propio profesor Oak tiene un programa y no mola eso). Plata también tuvo algo que ver, aunque en lugar de hacerlo desinteresadamente simplemente le tiene asco al Team Rocket por ser una pandilla de débiles... Años más tarde se revelaría que Plata es el mismísimo hijo de Giovanni y claro, de tal palo tal astilla. En función de la versión que juegues, el capitalista dueño de la radio te proporciona el ítem que te permite capturar al animalaco legendario en cuestión: Lugia, Ho-oh o Suicune. Éste último cobra más protagonismo en el Cristal e incluso tiene un fanático, Eusine (gran amigo de Morti... ... ... OTP OTP OTP), que lo va persiguiendo por ahí y se muere de envidia cuanto tú consigues ya no tener un encuentro, sino sólo acercarte un par de metros.

La serenidad de un día claro contra la furia de la tempestad.

Vía libre para completar el medallero, Oro le arrebata la última medalla a la prima guarra de Lance, que se pica y te la da tras irse rebotada a una cueva, donde los ancianos domadragones la reprenden y de paso te echan un sermón sobre tratar bien a los Pokémon... OTRA VEZ. Por algún motivo socio-político, Kanto y Johto comparten Liga así que hay que atravesar la frontera (una puta cascada, porque sólo los verdaderos machos pueden llegar hasta Kanto) para llegar a Meseta Añil, pasando de nuevo por la Calle Victoria. Un último encuentro con un Plata que finalmente ha reflexionado sobre su comportamiento y decide cambiar para bien es el último obstáculo para llegar al campeonato en el que ha habido cambios. Lorelei (la secretaria sexy de hielo), Ágata (la vieja fantasmal... Aunque tenía a Arbok por algún motivo) y Azul han abandonado el Alto Mando, y en su lugar tenemos a Mento, una especie de experto en psíquicos con un antifaz para cubrir su fealdad (?), Koga, ex-hokage... Digo, ex-líder de Ciudad Fucsia y ahora uno de los 4 de élite, experto en bichos ninja venenosos, y finalmente Karen, una fulana que se viste de cuero ceñido para recibir a un niño de 10 años y que dicen que se especializa en el tipo Siniestro. Permanecen Bruno, el tío mazadísimo de roca-lucha, y Lance, que se ha quitado la espina y retoma su puesto como Campeón. Son unos putos malos, los vences, blablabla, campeón tal y cual... PERO LA COSA NO HA ACABADO NI MUCHO MENOS. El profesor Oak te invita a Kanto para retar a los líderes de allí (a Koga lo ha sustituido su hija Sachiko y a Giovanni, Azul) y una vez conseguido, te promete un reto aún mayor en lo alto del Monte Plateado. Al margen de derrotar a los Líderes, en Kanto pasa poquita cosa. Un soldado Rocket de acento albano-kosovar, que no se ha enterado de que el grupo se ha disuelto, finalmente sigue intentando liarla parda en Celeste (donde otrora sus camaradas captaban seguidores en el Puente Pepita), y ha robado un motor de la Central Eléctrica, donde se encontraba Zapdos y que ahora ha sido restaurada. La central abastecía a la Torre de Radio de Pueblo Lavanda, que sustituye al cementerio donde el Team Rocket mató a la pobre madre de Cubone tres años atrás. Cuando se soluciona el problema y se entera de que la organización ha desaparecido, regresa a su Austria-Hungría natal para no volver nunca. A Plata se le puede encontrar haciendo el gamba en el Monte Moon, supongo que porque los Clefairy le contagiarán algo de su alegría. En Ciudad Plateada, te dan otro ítem para encontrarte con el pájaro legendario que te falta, o con Lugia sí o sí en el caso de Cristal, ya que Eusine, que era originario de Ciudad Azulona y se encuentra allí, te dará el objeto para capturar a Ho-oh sólo si has capturado a los tres perros legendarios. Finalmente, Oak le da paso a Oro para coronar el Monte Plateado y abordar su desafío más difícil.

...
Rojo, el entrenador pokémon más fuerte de todos, héroe entre héroes, se ha pasado los últimos tres años meditando en la cima del Monte Plateado convirtiéndose en el mayor badass del planeta dispuesto a hacer trizas las ilusiones de Oro en el combate más épico de todos. Tal como contaba en la anterior entrada, el personaje de Rojo aunque ya pueda hablar, no lo hace. Lo único que le dedica a su rival es una mirada fría y dura, levantándose la gorra con gesto prepotente, porque Él es un ser superior. La pena es que, de hecho, puedes ganar porque no deja de ser un juego... ¡Pero no deberías! En fin, que le ganas, créditos finales otra vez, y fin. Sí, esta parte no me gusta. Qué coño es eso de ganarle a Rojo. Pero bueno, da igual porque sigue siendo el Campeón del Mund... Eh, eh, que eso es de otra parte. Nada, nada. Que eso, que fin.

Analizando (bueno, eso suena muy pretencioso) la historia y sus personajes... Sobre el protagonista poco hay que decir. De nuevo no podemos saber lo que dice pero como tiene conversaciones con otros personajes podemos deducir, y esta vez más creíblemente, que Oro es un muchacho bueno y blablabla, un petardo de tío, vamos. Ayuda a todo el mundo y todo le sale bien. No así Plata, que comienza por ser un bichejo malo y acaba replanteándose lo que hace, tal y como hizo su propio padre. Lo bueno es que sabemos que realmente Plata es así, porque roba, porque insulta a sus Pokémon cuando pierde, y porque constantemente tenemos referencias de que es mala persona (por ejemplo, tiene un encontronazo con unos viejecillos venerables en la Torre Bellsprout de Malva), no como con el pobre Azul, que su propio abuelo va hablando mal de él y tú te tienes que creer que es malo. Naturalmente con más memoria en el cartucho, más texto, y podemos comprobar como cada líder de gimnasio es diferente del anterior. En la anterior generación, apenas sabemos nada de los líderes (quizás de Blaine que trabajó con Oak, y que Sabrina aplastó a los que querían instaurar un Gimnasio tipo Lucha en Azafrán), pero en esta podemos conocerles. Limitadamente, claro, porque apenas nos dedican unas líneas de texto, pero muy bien aprovechadas. Blanca, líder de Trigal, se pilla un berrinche cuando es derrotada y no puede parar de llorar, porque es una niña bien de mierda. Yasmina se preocupa por su Ampharos y desatiende sus obligaciones como líder porque sus pokémon son prioridad. Morti es venerado por todo el mundo, considerado una eminencia en temas sobre mitología en Iris, y Débora, la prima de Lance, no te quiere dar la medalla porque se pica, dejando claro que no está a la altura de su primo y llevándose la bronca de los ancianos del clan de domadragones. Lo mismo con los líderes de Kanto, en los que hay movimientos como el de Sachiko, que hereda el Gimnasio de su padre (bueno, no creo que se herede, pero su padre le habrá enseñado a luchar como para ser la más fuerte de Fucsia a su marcha). Blaine está más ofuscado que nunca porque Isla Canela ha sido arrasada por el volcán y ha tenido que trasladarse a las Islas Espuma (donde estaba Articuno, pero que ahora sólo son cuatro rocas mal puestas) y Azul se ha asentado como líder de Ciudad Verde y parece que le va bien. El Team Rocket, que sigue montando follones de los buenos, se ve perdido y desesperado sin su líder, pero sus planes siguen causando estragos. Bueno, que sí, ahora hablemos de lo importante. A lo largo de todo el juego, y sobre todo si se habla del Team Rocket, la gente menciona a un joven que lo derrotó hace tres años. Efectivamente, Rojo se ha convertido en personaje de renombre, y es el jefe final del juego, consagrándose como personaje. Veréis, tengo un pensamiento personal sobre esto... Cada protagonista realiza acciones inverosímiles porque eres el prota y tienes que hacerlo y eso... Pero luego nadie se acuerda de él en otros juegos, es como si no hubiera pasado. De hecho, el poder ser chico o chica para mí también le resta "credibilidad" al protagonista como personaje "real" (que elegir chico o chica está muy bien, eh, no me peguéis). Pocos personajes se mencionan en otras ediciones y funcionan como pegamento de la saga, y hacen ver que realmente es el mismo mundo. Como ejemplo, el pavo de la boina esa tan fea de la cuarta generación. Se supone que salva al puto universo de desgarrarse por culpa de Helio, el líder del Team Galaxy. Se supone que tiene la opción de atrapar a Arceus, el Dios de los Pokémon... ¿Le recuerda alguien? No. ¿Tiene alguna repercusión? No. Entonces, para mí, es sólo un hilo conductor que te lleva por el juego y con el que entretenerte. A no ser que haya muestras de que sí que has hecho algo. En X/Y por ejemplo, tras salvar al país, hay un desfile en mitad de Ciudad Luminalia... Eso sí me lo creo. En el caso de Rojo, es el único protagonista del que se vuelve hablar y vuelve a aparecer no sólo en uno sino en varios juegos, por lo que hay "pruebas" de que lo que ha hecho es real. Y creo que a Pokémon le faltan más personajes de este tipo, y por eso estos son mis favoritos (otros personajes como él son Azul, Cintia, Katleya...). Dicho esto, sigo con él. La personalidad inexistente que comentaba en la primera entrada se elimina, y se le da la suya: fuerte y distante. Esto conseguido con apenas cuatro menciones a él como héroe del que no se sabe mucho, y porque en el combate no dice nada. Sólo se levanta la gorra, te mira fríamente, y lucháis. Es un buen ejemplo de cómo un personaje puede ser él, y no otro, sólo con apenas cuatro cosas. En la actualidad, en Pokémon casi todos los personajes son iguales, a los NPCs más importantes se les intenta dar personalidad con cuatro coletillas que usan cada uno, o que cada uno tiene una afición... Pero resultan completamente olvidables y a nadie le importan una mierda, porque en realidad son lo mismo. Hablo por ejemplo del grupo de niñatos entrometidos de X/Y que sobran mucho. Bueno, la historia del X/Y es una gran M, pero mejor no me adelanto a los acontecimientos.

Los perros legendarios despiertan y huyen de la Torre Quemada bajo la 
mirada de Eusine y la payasa de la prota femenina de HG Y SS. No, señorita 
kawaii tsundere, Cristal es la única protagonista verdadera.

En asuntos más técnicos, Oro y Plata supusieron la revolución del color, aunque podían seguir siendo jugables en Game Boy en blanco y negro. No así Cristal, exclusivo de GBC, ya que consumía mucha más memoria porque los sprites contaban con una animación al salir al combate muy chula. Ya he ido comentando las novedades jugables más importantes porque forman parte de la misma historia, pero intentaré repasarlas: equipación de objetos con diversos efectos, balls de diferente tipo (aunque se mantendría la variedad de pokéballs, no son las mismas que en la tercera generación, que establecería ya las definitivas), crianza de pokémon, grado de amistad, los variocolores... De especial importancia es el ciclo día y noche, que no es meramente estético sino que algunos pokémon son exclusivamente nocturnos (Hoothoot). Los parámetros Ataque Especial y Defensa Especial se separaron definitivamente, y aparecieron dos nuevos tipos, Acero y Siniestro, para equilibrar un poco el asunto... Aunque habiendo apenas un puñado de pokémon de cada tipo, no sé si serviría de mucho. Aprovechando la nueva tecnología también se empezaron a incluir más funciones de conectividad, como el Regalo Misterioso para recibir obsequios de un amigo por infrarrojo (el equipo de dichos amigos se registraba y podías retarlos en la Casa del Entrenador en Ciudad Verde, función que se mantendría en la tercera generación con la diferencia de que tus amigos se "metían" en tu juego con la opción Mezclarrécords y los combates se libraban en las bases secretas), poder intercambiar con la edición anterior en la Cápsula del Tiempo (sólo los 151 primeros pokémon, claro), e imprimir pegatinas con un accesorio... que no salió de Japón. Esto fue especialmetne decepcionante porque el misterio de las Ruinas Unown, que nos mantuvo en vilo a muchos, a la postre sólo servía para imprimir cada letra y bueno, qué gilipollez más grande me resulta esto.  Los nuevos Pokémon elevaron aún más el listón. Las incorporaciones fueron relativamente escasas (un total de 100, algunos evoluciones o pre-evoluciones de ya existentes) y muchos de los pokemon de segunda generación siguen en el top actualmente (Scizor, Tyranitar, Politoed o Kingdra, por poner algunos ejemplos). La segunda generación de iniciales para mi gusto es ligeramente peor que la primera, lo que la sitúa aún en un "muy buenos". Los legendarios en cambio son mucho mejor, ya que no sólo están ahí, sino que forman parte de la historia del juego, cosa que se mantendría a partir de entonces. Sin contar a Celebi, repartido por evento, siendo el primero obtenible solamente así, cosa que para mí me parece horrible  porque limita el objetivo de completar la Pokédex (Mew se sacaba del glitch, luego se repartió pero no lo cuento). Pokémon Cristal además traía dos cosas importantes: la posibilidad de elegir un personaje femenino (cosa que hice la primera vez) y la Torre Batalla, desesperante lugar donde se celebran combates de alto nivel y que vino para quedarse hasta culminar en el que para mí es el desafío perfecto de este tipo: el Frente Batalla del Esmeralda.

Con todo merecimiento, la segunda generación hizo que la Game Boy Color imprimiera dinero y puso a la saga de Pokémon viento en popa haciéndonos ya pensar en la tercera y la cuarta (yo estaba esperando el Esmeralda cuando ya me llegaron rumores de unos tales Diamante y Perla...). Termino ya, que os noto la vista cansada. Espero que os hayáis tomado un Kit Kat o algo por el camino, porque yo tendría que haberlo hecho de ser vosotros. Bueno, si pudiera comer, claro. Hasta la próxima, mortales.

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